Ante el silencio por parte del Arzobispado de Oviedo en relación con el edificio inmatriculado en la parroquia de Valdesoto, mal llamado biblioteca parroquial, y dado el tiempo transcurrido, la comisión de vecinos que trata de, al menos, mantener una reunión para exponer y presentar la pertinente documentación nos vemos en la necesidad de hacer pública la negativa del señor ecónomo del Arzobispado de Oviedo a reunirse con nosotros.
Por la izquierda, Avelino Cabeza, María de los Ángeles García, José Ramón Antuña y José Díaz, delante del inmueble, en Valdesoto. | Luján Palacios
Avelino Cabeza Martínez (Valdesoto (Siero)), Cartas, lne.es – 29 de Enero del 2024
Nosotros ya hemos aportado documentos que justifican sobradamente que el edificio lo inscribe la Iglesia a su nombre al amparo de una ley, pero que nunca fue patrimonio de la Iglesia. Es más, su nombre coloquial a nivel de vecinos fue hasta el año 1965, más a o menos, “El sindicato”.
Como ya hemos puesto de manifiesto, una primera documentación fue entregada en Patrimonio del Arzobispado, teniendo como respuesta que no parecía que aquella justificase la pertenencia del edificio a otro propietario.
Ante la respuesta comentada en el párrafo anterior, hemos contactado con el señor párroco de la Unión Pastoral a la que pertenece Valdesoto, don Fermín Riaño, quien, después de las oportunas gestiones con el señor ecónomo, nos informó de que no había ningún problema para reunirse. De hecho, hemos recibido correo electrónico convocando la reunión en el que se fijaba día y hora.
Sin embargo, días después, se recibe nuevo correo en el que se nos exige una condición para que la reunión se lleve a efecto. Esta condición no es otra que debemos entregar toda la documentación que obra en nuestro poder. De lo contrario, la reunión no se llevará a efecto.
Ante esto, volvemos a contactar con don Fermín Riaño, quien, a través de WhatsApp, nos dice que le sorprende la noticia, pues a él en ningún momento el señor ecónomo le puso condición alguna para la celebración de la reunión.
Ante esta contradicción, no entendemos los motivos por los que el señor ecónomo se niega a reunirse y pone unas condiciones que nosotros no aceptamos. Mejor dicho, sí aceptamos entregar toda la documentación que obra en nuestro poder, pero, eso sí, en el transcurso de la reunión.
Ante el enconamiento de la situación, no nos queda otra vía que denunciar públicamente la poca empatía del señor ecónomo con los feligreses de la parroquia de Valdesoto, considerando que su postura solo recibe un nombre, el de chantaje, al amparo de una inscripción en el registro del edificio que la Iglesia bien sabe que nunca fue ni de su propiedad ni de su uso.
Es por ello que, antes de seguir con otras actuaciones, con esta carta solicitamos al señor ecónomo que reflexione sobre su decisión negativa a reunirse y reciba a esta comisión en la mejor disposición de llegar a acuerdos y zanjar el asunto.
Avelino Cabeza Martínez, Clavelina García Rodríguez, José Roces Díaz y José Ramón Antuña Cabeza, miembros de la Comisión por la recuperación del patrimonio vecinal de Valdesoto.
Relacionado:
Los afectados ya habían denunciado que uno de los coadjutores de Pola de Siero -que se hacen cargo de la parroquia-, «cambió la cerradura sin saber por qué, sin decir nada y ahora no se puede usar». Tras el hecho comprobaron que el inmueble, en el que se ubica la biblioteca local, un espacio que también ocupan otras entidades como Cáritas y que venía siendo de uso común y compartido por cuantos colectivos de la zona lo necesitaban, había sido inmatriculado en 1979. Pero la cuestión de fondo, sostienen los vecinos, es que este inmueble «es público, siempre lo ha sido porque era el edificio del Sindicato Agrario, lugar de reunión de las entidades de Valdesoto desde 1910».
Vecinos de Valdesoto reclaman al Arzobispado recuperar el local de la biblioteca del pueblo