«En 13 años la Junta no ha hecho nada para recuperar este camino público»
A Desalambrar — Plataforma ciudadana en defensa de los senderos
Aristóteles Moreno, cordopolis.eldiario.es / 15 de mayo de 2024
Al principio de los tiempos, la Tierra era un lugar increíble concebido para el disfrute de los seres humanos, de los insectos y de las plantas. Usted podía caminar sin restricciones por los valles y las montañas, con el único límite de la fatiga y los peligros que acechan al bosque. Un día llegó un señor y plantó una valla para marcar su territorio. En pocos años, las cañadas y las lomas se poblaron de alambradas que redujeron el universo en progresión geométrica hasta convertirlo en un campo minado de propiedades y cotos privados.
Los caminos fueron confiscados, usurpados, invadidos, desguazados y expropiados. Y donde había libertad y espacio abierto emergió un mundo fragmentado e impenetrable. Dios creó a la madre Tierra para que sus hijos vivieran en ella, pero no tuvo en cuenta el avance desbocado de la economía de mercado y el capitalismo extractivo.
Luego llegó el Estado. Promulgó algunas leyes para tratar de poner un poco de orden a este sindiós y salvó algunas veredas para que los venados pudieran transitar por los prados, los pueblos se comunicaran entre sí y algunos soñadores salieran al campo para respirar aire puro. Pero quien hace la ley construye los subterfugios del poder.
La Plataforma A Desalambrar acaba de denunciar a la Junta de Andalucía por no hacer lo que la Constitución le encomienda que haga. Cumplir la ley y defender el patrimonio público. La Vereda del Pretorio une Córdoba con Villaviciosa por un sendero reconocido desde 1884. Usted puede atravesarla de punta a cabo, entre jaras y madroños, porque la madre naturaleza la labró durante siglos para nosotros. Todo eso está escrito y debidamente documentado. Hasta que un señor plantó una valla y echó el candado en un paraje llamado la Priorita.
A Desalambrar lleva 13 años recordándole al Gobierno andaluz cuál es su obligación como administración pública. De hecho, dispone de una consejería a la que denominan ampulosamente de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul. Y durante 13 años la Junta le viene castigando con el silencio administrativo, que es un disparo en las gónadas de los ciudadanos, la democracia, la transparencia y el sursum corda.