Una plataforma ciudadana alerta del peligro de que se destine a uso turístico y exige reabrir el templo del siglo XVII, abandonado hace un año por una comunidad de monjas
Iglesia Sevilla
Javier Martín-Arroyo, elpais.com / Sevilla – 26 JUN 2024
La soberbia y desconocida iglesia de San Pedro de Alcántara, enclavada en pleno centro de Sevilla, siempre ha estado oculta a los turistas y la mayoría del tiempo también a los vecinos de la capital andaluza. En su pintoresco interior solo se han celebrado algunos conciertos y visitas de expertos, autorizadas con cuentagotas por la comunidad de las Esclavas del Sagrado Corazón, propietarias del templo, según la Iglesia. El pasado verano las monjas abandonaron la iglesia barroca, del siglo XVII, y el convento contiguo. Desde entonces, el silencio y un manto de especulaciones reinan sobre el futuro de estos históricos edificios, bajo la sombra de la turistificación, que transforma un inmueble tras otro en pisos vacacionales tan pronto se ponen a la venta.
Ahora, tras la petición de la asociación de expertos que protegen el patrimonio Ben Baso, la Junta andaluza (PP) prevé declarar la iglesia Bien de Interés Cultural (BIC), lo que obligará a sus futuros propietarios a permitir el acceso público unos días al mes. La Dirección General de Patrimonio Histórico de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte ha solicitado a la comunidad religiosa el permiso para tasar su valor artístico y está a la espera de luz verde. “No hay un plazo estipulado [para la declaración de BIC], pero lo estamos agilizando. El templo está cerrado y la consejería ya ha pedido autorización a la congregación en Madrid para que nos abran el edificio e inspeccionarlo, porque no sabemos muy bien lo que hay dentro. Si nuestros técnicos ven que hay un valor histórico y patrimonial evidente, pues se declarará BIC”, avanzan fuentes de dicha consejería.
El templo, de 1666, es uno de los mejores ejemplos de iconografía barroca sevillana, con excelentes pinturas murales muy coloristas, fechadas entre 1760 y 1770. Pero además de los muros y retablos, también están pintadas las bóvedas y arcos con imitaciones de yeso, ángeles y guirnaldas de flores que rodean a diferentes santos. A pesar de su llamativo valor artístico, la inmensa mayoría de sevillanos desconoce su existencia.
Desde el abandono de las monjas el pasado agosto, la movilización ciudadana ha ido en aumento por el riesgo de que la iglesia y el convento pasaran a manos de los fondos de inversión, grandes propietarios de muchos inmuebles en el centro de la capital andaluza. Este lunes cuatro asociaciones crearon la plataforma ciudadana por la recuperación de la iglesia de San Pedro de Alcántara, alarmados por la posible privatización de un tesoro barroco en pleno centro, a un paso de la concurrida Plaza del Duque. Entre ellos Ben Baso, las asociaciones vecinales La Revuelta y Pulmón Verde, el centro social Casco Antiguo y la asociación de madres y padres del instituto San Isidoro, contiguo a la iglesia.
La protección del edificio se convirtió en prioridad después de la nula respuesta dada a la asociación Ben Baso esta primavera por parte de la Junta y el Ayuntamiento sevillano. Antes, durante el invierno el templo fue desacralizado, según confirma una portavoz del Arzobispado de Sevilla. “No sabemos si los edificios se han vendido, pero las religiosas son comunicativas y transparentes con el Arzobispado y son ellas las que deciden sobre el cierre y el traslado de imágenes”, matiza esta portavoz.
La Congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús se instaló en el convento en 1895, pero en los últimos años cada vez menos religiosas lo habitaban. “Solo quedaban dos o tres monjas mayores, imagino que cerraron por falta de recambio”, comenta Javier, un vecino que vive en el inmueble de enfrente y que rechaza dar su apellido. Las religiosas no han respondido a las preguntas de este diario para aclarar si el inmenso convento y la iglesia ya han sido vendidos tras su cierre.
“La declaración de Bien de Interés Cultural no impediría la compraventa, pero garantizaría la protección del edificio, respetando los bienes que tiene dentro y las condiciones de mantenimiento. Es una cautela de protección y uso, que además obliga a tener unos días de visitas al público”, resume José Manuel Baena, presidente de la asociación Ben Baso, formada por 380 profesores y expertos en defensa del patrimonio. En Sevilla hay notorios ejemplos de edificios históricos declarados BIC, de propiedad privada y con acceso público ciertos días, como la Casa de Pilatos de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli o el Palacio de Dueñas, propiedad de la Casa de Alba. Sin embargo, también hay otros bienes protegidos como la céntrica Torre de la Plata que incumplen la obligación legal de permitir el acceso público.
Purificación Huertas, presidenta de la plataforma recién creada, avanza los objetivos en defensa del uso público del templo: “Nos parecía inaceptable que esta joya se perdiera como patrimonio y no entendemos el secretismo de las Esclavas, si lo tienen como propiedad o en usufructo”. Este lunes la plataforma acordó solicitar al Ayuntamiento que aclare la situación para averiguar la situación del espacio, y pedir a la Junta que adquiera la iglesia y la residencia para su uso público, para universitarios o personas mayores. “La iglesia merece un uso cultural y educativo, con el cercano conservatorio Cristóbal de Morales que podría utilizarlo para conciertos. Creemos que llegamos a tiempo”, añade sobre la posible venta del inmueble.
El Ayuntamiento de Sevilla (PP) pagó en 2002 unas obras de rehabilitación del templo, lo que supuestamente obligaba a la comunidad religiosa a abrir la iglesia como mínimo una vez a la semana. El Consistorio ha rechazado este martes aclarar si firmó un acuerdo por escrito con las monjas y si prevé exigir el acuerdo firmado tras las obras realizadas con fondos públicos.
La Asociación de Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa) también ha batallado por el uso público de la iglesia. Su portavoz, Joaquín Egea, critica al Arzobispado por encubrir el silencio de las Esclavas, a las que acusa de amenazarle a través de su abogado. “Su bufete madrileño me advirtió que estarían atentos para que no traspasemos los límites de privacidad de la comunidad o emprenderían acciones legales. Me lo tomé como una amenaza, claro”, protesta. Egea califica de “desmantelamiento” la extracción de las valiosas estatuas del templo “en el que participa el vicario del Arzobispado”. “Son bienes de una calidad extraordinaria que no se pueden hurtar a los sevillanos”, zanja.