Los afectados denuncian el cambio de la cerradura del inmueble, inmatriculado por la Iglesia, que afirma que «sigue estando al servicio» del pueblo
Por la izquierda, Avelino Cabeza, María de los Ángeles García, José Ramón Antuña y José Díaz, delante del inmueble, en Valdesoto. | Luján Palacios
Un grupo de vecinos de Valdesoto reclama al Arzobispado de Oviedo una reunión urgente para aclarar la propiedad del inmueble en el que se ubica la biblioteca local, un espacio que también ocupan otras entidades como Cáritas y que venía siendo de uso común y compartido por cuantos colectivos de la zona lo necesitaban. Los afectados denuncian que hace una temporada uno de los coadjutores de Pola de Siero, que se hacen cargo de la parroquia, «cambió la cerradura sin saber por qué, sin decir nada y ahora no se puede usar».
Luján Palacios, lne.es – 05/07/2023
Avelino Cabeza explica en nombre de varios vecinos que, tras ponerse en contacto con el párroco, Fermín Riaño, «este nos explicó que el inmueble es propiedad de la Iglesia, y como nos enteramos posteriormente, fue inmatriculado en el año 1979, al amparo de la ley Hipotecaria de 1946, por la que los bienes sin un dueño claro y con alguna vinculación con la Iglesia, pasaban a ser suyos con un certificado del Obispado». Pero la cuestión de fondo, sostienen los vecinos, es que este inmueble «es público, siempre lo ha sido porque era el edificio del Sindicato Agrario, lugar de reunión de las entidades de Valdesoto desde 1910».
Según han podido recopilar de documentos oficiales, el edificio se mantuvo con este uso hasta 1947, dando servicio a los labradores e incluso como espacio para el reparto del racionamiento en la posguerra. A partir de 1947 «quedó abandonado, hasta 1968 cuando la condesa de Valdesoto concedió una subvención al pueblo de 40.000 pesetas para la puesta en marcha de una biblioteca». La casa se reformó, y el que era párroco en aquellos años, Pedro Parajón, inició los trámites con el Ayuntamiento para «instalar una biblioteca pública, nunca se habló de que fuera parroquial», asevera Cabeza.
Los trámites se iniciaron, pero la Dirección General de Bibliotecas no dio permiso por la proximidad de la biblioteca de Carbayín, así que fue el siguiente párroco el que de nuevo intentó dar vida al proyecto, hablando ya de una biblioteca parroquial, que en la práctica fue «el traslado de un armario desde la iglesia con varios libros», lamentan los vecinos.
En esta tesitura, el inmueble fue usado ya desde su restauración en 1968 como local social. Vecinos como María de los Ángeles García, José Díaz o José Ramón Antuña, todos ellos de más de 80 años, atestiguan que «desde siempre su uso fue público, para las reuniones de cualquier asociación, para exposiciones de pintura, para acordar pedir un médico para la zona o para la muestra por los 40 años de les carroces». Y en todo ese tiempo «nunca hubo impedimentos, primero la llave la tenía el cura, pero como se usaba mucho acabó dejándose en un bar y todo el que lo necesitara podía disponer del espacio», dicen. Luego se instaló Cáritas, «y tampoco hubo problema, aunque la Iglesia tiene dos locales libres y sin uso cerca». «Los problemas comenzaron con el párroco actual que sostiene que la Iglesia es la propietaria, pero porque se registró de forma indebida, nunca fue la dueña porque era del pueblo», dicen.
Reunión
Así las cosas, han pedido una reunión con el Arzobispado, quien se la concede «a cambio de que le entreguemos antes toda la documentación que tenemos, y eso sí que no», advierten. Entre otras cosas, cuentan con una copia del seguro del edificio en 1917, en el que se especifica que el local es propiedad del Sindicato Agrario local. Así pues, reclaman «una reunión para sentarnos a hablar, pero sin entregar antes los documentos, porque no nos importa de quién sea la propiedad, lo que queremos es que siga siendo de uso público como siempre lo ha sido. Y lo cierto es que ahora mismo no es así».
Responsables del Arzobispado por su parte indican que «se les ha pedido la documentación que deben tener para justificar sus reclamaciones en varias ocasiones, previo a una reunión formal, pero no quisieron». Además recuerdan que «el local es la sede de Cáritas parroquial y siempre estuvo, como sigue estando, al servicio de los vecinos».