Asociaciones de defensa del patrimonio denuncian el oscurantismo en torno a la iglesia de San Pedro de Alcántara, del siglo XVII, propiedad de las Esclavas, situada en el corazón del casco histórico de la ciudad.
Interior de la iglesia San Pedro de Alcántara. — WIKIPEDIA
Santiago F. Reviego, Publico.es , SEVILLA – 17/03/2024
En medio de una fiebre con el negocio turístico que ha disparado la oferta de pisos, hoteles y restaurantes a su servicio, ha saltado la alarma en Sevilla por la suerte que pueda estar corriendo una de sus joyas barrocas del siglo XVII, la iglesia de San Pedro de Alcántara. Asociaciones de defensa del patrimonio, de historiadores y vecinales temen que el templo haya sido desacralizado para ponerlo a la venta o, incluso, que ya haya sido vendido a un fondo inversor para acabar como otro hotel exclusivo. «Sería una catástrofe patrimonial para la ciudad», advierten.
Un absoluto secretismo rodea a esta iglesia desde que las Esclavas del Sagrado Corazón, comunidad religiosa propietaria, cerró el pasado verano el colegio mayor contiguo al templo, situado en el corazón del casco histórico de Sevilla, lo que vendría a ser la milla de oro del negocio turístico de una ciudad que vive en gran parte de los ingresos de esa industria. Ni las monjas ni el Arzobispado de Sevilla aclaran qué ha pasado con ese recinto, pese a las reiteradas peticiones de información que les han dirigido asociaciones locales, andaluzas y estatales de defensa del patrimonio histórico y artístico. A una de ellas, el abogado de la comunidad religiosa le respondió, incluso, con la advertencia de tomar medidas si seguían insistiendo en el tema.
En juego está la riqueza patrimonial histórica y artística de una iglesia construida en 1680, cuyas bóvedas, naves y coro fueron decoradas con unas pinturas murales atribuidas a dos de los pintores más destacados de la escuela sevillana del siglo XVIII, Domingo Martínez y Juan de Espinal. Además, el templo contiene tallas del estilo de la escuela de Pedro Roldán, uno de los grandes escultores del barroco nacional, y de La Roldana, la primera escultora española registrada, así como varios retablos de estilo rococó.
La iglesia fue cedida por el arzobispado a las Esclavas del Sagrado Corazón en 1897, según las asociaciones patrimonialistas, aunque el templo formaba parte anteriormente de un convento de la orden franciscana. Las monjas destinaron parte del recinto a residencia de estudiantes, luego convertido en colegio mayor universitario femenino, mientras que la iglesia era utilizada también para acoger diferentes actividades del Instituto de Enseñanza Secundaria San Isidoro, colindante con la joya del barroco sevillano, y de otras entidades sevillanas.
Ante el oscurantismo que rodea la situación de esta iglesia, la Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico y Artístico de Andalucía (ADEPA) envió el pasado mes de diciembre una carta al Arzobispado de Sevilla, con copia a las Esclavas del Sagrado Corazón, en la que denuncia que, desde que las monjas abandonaron las dependencias del colegio mayor a finales de agosto, la iglesia permanece cerrada, el patio anexo y su fachada exterior presentan «un lamentable estado de suciedad» y no hay ninguna constancia de actividad religiosa ni patrimonial.
En la carta, la asociación patrimonialista insta al arzobispado y a las monjas a que aclaren si son ciertos los rumores que circulan sobre la cesión o alquiler del recinto para apartamentos turísticos, que la iglesia ha sido desacralizada y que las esculturas de los retablos de las capillas han sido trasladadas a otro lugar.
«Las Esclavas del Sagrado Corazón pueden hacer lo que consideren oportuno con su propiedad, sean apartamentos turísticos o lo que sea, incluso con los elementos sagrados y pinturas que les pertenezcan, pero no así con la iglesia, ya que en ningún momento aparece en el Registro de la Propiedad explicación alguna sobre la pertenencia o no de la misma a la comunidad«, advierte en la carta el presidente de ADEPA, Joaquín Egea.
En el mismo escrito, la asociación patrimonialista andaluza subraya que no está justificada la desacralización de un templo con más de tres siglos de antigüedad, que se están incumpliendo los acuerdos con el Ayuntamiento de Sevilla para abrir la iglesia como mínimo una vez a la semana para visitas culturales y religiosas, que no pueden ser enajenadas ni trasladadas las esculturas «de enorme valor» que se encuentran en el templo y que deben ser respetados los restos de los franciscanos que están enterrados allí.
La “amenaza” del abogado de las monjas
Joaquín Egea ha manifestado a Público que la única respuesta del arzobispado que han obtenido hasta ahora es que la competencia de todo el recinto, colegio mayor e iglesia de San Pedro de Alcántara, corresponde a las Esclavas del Sagrado Corazón. Por su parte, la comunidad religiosa les ha contestado a través de un abogado, quien les advirtió, según Egea, de que tomarían medidas si continuaban insistiendo en el tema. «Para mí eso es una amenaza, cuando sólo estás pidiendo información sobre lo que está pasando con el patrimonio sevillano, con independencia de a quién pertenezca», afirma el presidente de ADEPA.
En la carta de la asociación enviada al arzobispado y a las Esclavas también había una advertencia a la otra parte: «El oscurantismo que rodea toda esta operación, con la anuencia de esa Cancillería, debe solucionarse en el menor plazo posible. En caso de que así no fuera, nos sentimos libres para actuar en consecuencia».
Tampoco han respondido ni arzobispado ni monjas a las preguntas de este periódico sobre la situación en que se encuentra San Pedro de Alcántara: si ha sido desacralizada o no, quién es actualmente su propietario y si ha habido alguna intención de ponerla a la venta o ya ha sido vendida. La archidiócesis sevillana se ha limitado a contestar que no dispone en estos momentos de los datos requeridos. Las Esclavas, por su parte, ni tan siquiera han respondido al correo electrónico remitido y en el teléfono de su sede no atiende nadie. La Fundación Educativa ACI, encargada de la gestión de los centros escolares de esa comunidad religiosa, también ha eludido responder sobre un tema que, dice, corresponde «a las hermanas», porque a la fundación únicamente le compete lo que tenga que ver con los colegios de las monjas.
Otra asociación patrimonialista, la del Profesorado para la Defensa y Protección del Patrimonio Histórico, Ben Baso, también teme por la suerte que pueda correr una joya del barroco sevillano. «Si se ha desacralizado y no tiene protección como BIC (Bien de Interés Cultural), puede ser un inmueble más destinado a la venta como propiedad privada. Y una iglesia como la de San Pedro de Alcántara no puede estar destinada a un uso turístico hotelero privado«, recalca su vicepresidente, José Manuel Baena.
“Es aberrante que se venda una iglesia”
Un miembro de esa asociación, un profesor de Historia que prefiere permanecer en el anonimato, ha asegurado a este periódico que fuentes del arzobispado le transmitieron que la iglesia de San Pedro de Alcántara fue desacralizada en una ceremonia que se celebró el pasado mes de octubre. La desacralización se llevó a cabo, según esas fuentes, como consecuencia de la venta del recinto a un fondo inversor. Es decir, que ya no les quedaba otra opción tras haber pasado el templo a manos seglares o como paso previo a que eso ocurriera.
«Nos parece aberrante que se venda una iglesia. Jamás había ocurrido algo así en Sevilla. Estamos vendiendo la ciudad por su turistificación», se lamenta este profesor integrante de la asociación Ben Baso.
Otra profesora de Historia y miembro de la misma asociación, María Teresa Ruiz, afirma que a principios de este año le dijeron en el arzobispado que la iglesia de San Pedro de Alcántara estaba en proceso de desacralización y que le aseguraron, además, que las tallas más grandes e importantes de ese templo ya se encontraban a buen recaudo, guardadas en un almacén de la diócesis.
Pero los que no se ha podido poner a buen recaudo son las pinturas murales que decoran gran parte de la estructura del templo, la parte más interesante y bella de esa iglesia, lo que la hace más «espectacular», según esta profesora. «Da pena pensar que eso se pierda. ¿Qué pasa ahora con esa iglesia o ex iglesia, con ese patrimonio mural? Y eso es lo que nos preocupa. Habría que reservarlo como espacio cultural para que todos puedan disfrutar de él», explica María Teresa Ruiz.
Dudas sobre la propiedad del templo
Lo que tampoco tiene muy claro la asociación patrimonialista Ben Baso es si la iglesia pertenece realmente las Esclavas, si el templo fue inmatriculado y consta en algún registro oficial quién es realmente el propietario. Esa circunstancia podría explicar, a su entender, todo el oscurantismo que rodea en los últimos meses a esta joya del barroco hispalense.
La Asociación Nacional para la Defensa del Patrimonio de los Institutos Históricos, que califica San Pedro de Alcántara como uno de los templos barrocos «más bellos de Sevilla», también muestra sus dudas acerca de la propiedad del edificio. «Hay documentos que indican que la iglesia no es propiedad de las Esclavas, sino que fue cedida para su culto por el cardenal Spínola, por lo que debería volver al arzobispado si las Esclavas se van de allí», advierte la secretaria de la asociación, María Luz Casares.
«Es inconcebible que no aclaren la situación, a pesar de la movida ciudadana en favor de conservar esa iglesia como patrimonio de Sevilla», añade la portavoz de la asociación nacional patrimonialista. A juicio de esta organización, una solución para hacer frente a un ocultismo que «amenaza con privar a Sevilla de una de sus iglesias más espectaculares», pasaría por la intervención de la Junta de Andalucía para destinar el edificio a uso educativo y cultural de los institutos y conservatorios de la capital autonómica, una propuesta que comparten otras asociaciones como Ben Baso.
Lo cierto es que el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) de la Junta de Andalucía ya ha llevado a cabo actuaciones en esta iglesia sevillana. En 2012 emitió un informe técnico del estado de conservación de su contenido, con una especial dedicación a las pinturas murales, con el fin de elaborar un plan de actuación y propuesta de tratamiento de esas obras, así como de los retablos y esculturas del templo.
En ese informe de la Junta se destaca la «enorme riqueza y complejidad de tipologías de bienes existentes en el templo», con siete retablos, nueve esculturas, cinco pinturas de caballete, un templete y un conjunto de pinturas murales y yeserías desplegadas por toda la superficie de la capilla. Los técnicos firmantes concluyeron que era necesario acometer un plan de intervención para solventar los numerosos desperfectos que presentaban las obras a causa de humedades y deficiencias de conservación.
Este periódico ha preguntado a la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, de la que depende el IAPH, sobre los resultados de esa actuación anunciada hace 12 años y si ha estudiado la posibilidad de declarar como BIC la iglesia de San Pedro de Alcántara para garantizar su protección, pero no ha obtenido respuesta alguna.
¿Dónde está la llave?
La protección de esta iglesia es considerada esencial por las asociaciones de defensa del patrimonio. «Que no se quiera dar información es un desprecio para todos los sevillanos, que no se diga qué va a pasar con una iglesia que tiene tres siglos y medio de historia. No sabemos si se está buscando otra finalidad para ella, pero sería una pena horrible, una catástrofe patrimonial para la ciudad», avisa el presidente de ADEPA.
Y la Asociación Nacional para la Defensa del Patrimonio de los Institutos Históricos cree que ha llegado el momento de que asome la transparencia en este tema. «Desde que las Esclavas cerraron el colegio universitario a principios de verano, todo son rumores. Parece ser que lo han vendido o alquilado, y con él la iglesia, para un hotel de lujo o para apartamentos turísticos. Pero ni el arzobispado ni las Esclavas aclaran la situación. Hemos solicitado verlo, pero nadie sabe dónde está la llave. El arzobispado dice que las Esclavas y éstas no contestan», dice María Luz Casares.
También asociaciones de vecinos como La Revuelta, de la zona norte del casco histórico de Sevilla, han expresado su malestar con el oscurantismo en torno a una iglesia histórica de su vecindario. «Estamos desconcertados por no saber qué va a pasar con ella. Pero lo que decimos es que nos parecería muy mal que se privatice. No se puede vender el patrimonio. No lo podemos vender todo al turismo», subraya su portavoz, Puri Huertas.
Esta asociación vecinal sevillana defiende, igualmente, que la iglesia sea utilizada como un espacio educativo abierto a la ciudad. «Es un espacio precioso, increíble. Es un patrimonio que no se debe perder», dice Huertas.
En el instituto de secundaria San Isidoro, el primero que se abrió en Sevilla, donde estudiaron poetas célebres como Manuel Machado o Luis Cernuda o un presidente del Gobierno como Felipe González, también siguen con mucha atención lo que está sucediendo en torno a la iglesia contigua de San Pedro de Alcántara. La Asociación Nacional para la Defensa del Patrimonio de los Institutos Históricos destaca, por ejemplo, que San Isidoro siempre tuvo una relación especial con esa iglesia, no en vano le concedían al instituto todos los permisos de uso que pidieran para hacer allí conciertos y ensayos de su orquesta formada por alumnos y exalumnos del centro, que cuenta con un bachillerato musical.
Obras pagadas con dinero del ayuntamiento
Las asociaciones patrimonialistas consideran que el Ayuntamiento de Sevilla también tiene algo que decir en torno al futuro de una de las joyas del barroco de la ciudad, por la importancia artística e histórica del templo y porque ha gastado dinero del presupuesto municipal en reparaciones de la iglesia. En su carta al arzobispado, ADEPA refiere que en 2001 la Gerencia Municipal de Urbanismo se encargó de unas obras para solucionar problemas de humedades, causados por el abandono de las cubiertas del coro alto y de la conexión con el tejado de la capilla, que afectaron gravemente a unas pinturas de Domingo Martínez. Y que años después, en 2007, Urbanismo tuvo que intervenir nuevamente porque no se había solucionado el problema.
A cambio de esas reparaciones, según la asociación andaluza, se firmó un acuerdo para abrir la iglesia al menos una vez a la semana para visitas. «Esto afecta, por tanto, al ayuntamiento, que es responsable del dinero que pagamos los sevillanos con nuestros impuestos. El patrimonio no puede ser público para cobrar impuestos y privado sobre cómo se mantiene la propiedad», afirma Joaquín Egea, quien avisa de que su organización va a «pelear hasta el final» por la protección de la iglesia de San Pedro de Alcántara.
Fuentes del ayuntamiento han asegurado a este periódico que su equipo de gobierno tiene un «interés máximo» en la protección de patrimonio de la ciudad y que hará todo lo posible para facilitar su cuidado, aunque sin especificar qué hará en el caso concreto de la iglesia de San Pedro de Alcántara.